FANATICOS
En la final del Abierto Argentino de Polo 2003 que disputaron Indios Chapaleufú II y La Dolfina King Power, la hinchada de Nueva Chicago que llevó el jugador Adolfo Cambiaso (h), ingresó a la tribuna lateral sur de Dorrego como si fuera una cancha de fútbol y ocuparon un lugar en la tribuna a la fuerza generando golpizas, lo que causó malestar entre los presentes y por lo que el partido debió suspenderse por más de treinta minutos.
La consagración de La Dolfina, que utilizó la camiseta con los colores de Nueva Chicago, causó simpatía entre los hinchas del conjunto de Mataderos. Banderas, bombos y bengalas decoraron el escenario cerca de los palenques de los hombres de La Dolfina. “Marado, Marado”, era el grito que surgía de las gargantas de los barras cuando Cambiaso entraba en acción y dibujaba las jugadas con excelentes pinceladas desconcertando a sus rivales.
El fanatismo del fútbol se trasladó al polo, un deporte de tradición familiar y de los “gentelmen riders” (caballeros andantes), tal como lo define el antiguo reglamento en su primera página. El polo nunca estuvo acostumbrado a que su espectáculo fuese similar a como vive en un estadio de fútbol. Sin embargo, esta vez, el fútbol se adueñó de la fiesta del polo y el fanatismo por los colores del conjunto de mataderos se hizo presente en la final del Abierto.
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